Hoy quisiera desprenderme de mi cuerpo y pensar que estoy haciendo yo, se que el tiempo que he perdido es bastante, pero no lo recupero pensando en el precisamente. Odiar al mundo es lo que siempre he hecho, pero me doy cuenta de que el mundo es el mundo y ni siquiera el tiene la culpa, nadie la tiene. No es bueno ni productivo dejar que los demás tomen el control de las decisiones que solo uno puede tomar con respecto a sí mismo aunque si es más cómodo pero mucho más desgastante.
La vida te lleva por diferentes circunstancias y llega un momento en que quisieras tirar la toalla y decir basta y es totalmente válido, a veces se necesita simplemente ver la realidad desde otro punto de vista para hacer lo necesario, pero esto no se puede lograr si simplemente uno se enfrasca en verse en la situación de víctima del destino. Darle poder al destino significa no solo que el es responsable sino que todo aquello que hemos tenido que pasar a lo largo de nuestras vidas no ha servido para nada, que ha sido producido por el azar, significa hacer menos todos nuestros esfuerzos y tomar a menos aquello que somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario