martes, 22 de agosto de 2017

Mirar hacia aquel pasado que acabas de abandonar no es necesario.

Yo no tengo el "Don de gentes", he visto ir y venir personas con necesidad de ayuda que pasan de largo porque van en busca de una visión del éxito que normalmente es falsa.

Yo mismo he sido uno de ellos, yendo siempre, ciegamente y dando tumbos, con imágenes desgastadas de notoriedad o espiritualidad adolescente.
Podría decir que el tiempo nos pone siempre en nuestro lugar, pero ya no estoy seguro de que el tiempo exista. Sin duda a cada quien le llegan muchos momentos, de los cuales recordamos aparatosamente aquellos que fueron la consecuencia de desiciones inoportunas y momentos desagradables. Es como cuando compramos un objeto, al salir de la tienda ya ha perdido totalmente su valor y solo nos queda una cosa más la pérdida del tiempo que gastamos o la deuda subsecuente en la que se seguirá yendo parte de nuestra energía.
Quizás uno de esos momentos que llegan es el punto crítico donde intentas, por primera vez, ajustarte a lo que piensas que debería ser el plan real del universo. Sin embargo tan solo es darse cuenta que por enésima vez que no tienes la razón y lo que se ha avanzado en la vida ha sido prácticamente nada.
Aquí llega quizás la más difícil y primera de muchas y consecutivas resoluciones, dar el primer paso significa arrancarte el pasado y las doctrinas ajenas, no es cualquier cosa y sin embargo apenas comienzas. 
Pero mirar hacia aquel pasado que acabas de abandonar no es necesario, ya no existe es parte de toda la falsedad que te mantuvo atrapado y vacío, no hay vuelta atrás.