lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Qué le agregas tú al movimiento de este mundo?


¿Qué haces cuando te levantas? A parte de lamentarte que la noche fuera tan corta. Comienza la interminable carrera en la que corres a ocupar tu pequeño e insignificante lugar en este decadente sistema.

¿Pasa algo si no llegas el día de hoy? Probablemente nada. Quizás haya gente por encima de ti que
se irrite por que tu que estás abajo ahora tal vez estás descansado y ellos no. O del otro lado de la moneda, quienes están por debajo de ti pensarán que solo tu que eres tan privilegiado podrías darte el lujo de ignorar tus labores, si es que tienes algunas.
Al final de cuentas en aquella dinámica de trabajo, llámese producción, bienes y servicios, construcción etc; simplemente ocupamos un lugar mecanizado donde absolutamente nadie es indispensable. Incluso las empresas y sus altos mandos pueden desparecer de la noche a la mañana y no pasa nada, alguien más cubrirá ese perfil, ese producto o servicio.

Quizás si eres optimista y te gusta negarte a la realidad pensarás que estás ofreciendo algo de una calidad que  nadie más ofrece o tal vez tus situación interna es tan precaria que el trabajo se a vuelto más en un hogar que aquella casa vacía o con problemas frecuentes. Sin embargo en el momento que te hagas  la pregunta ¿Qué le ofrezco al mundo? difícilmente podrías contestarla con la verdad. ¿Qué vendes que la gente realmente necesite? ¿Que tienes para ofrecer? Si estás en el primer mundo te pensarás pionero, si estás en el tercero te sabrás simple seguidor de las tendencias extranjeras, por que ellos son los que rigen donde estará la gente como tú el día de mañana, o quizás se les olvidó incluirte.
¿Que llegas a hacer a tu casa cuando aquella jornada termina? Descansar porque fuiste a dejar toda tu energía en aquella tarea que nada aporta o quizás solo fuiste a llenar un vacío con nerviosismo porque podrían darse cuenta que en realidad no eres necesario. Llegas a tu  casa y debes prepararte para el día siguiente, atender a tus hijos, si es que te diste el lujo de tenerlos y ahora estás esclavizado de por vida como en los latifundios. Pero si no tuviste hijos quizás seas tu el desafortunado al que elijan las noches de navidad para cubrir doble turno, por que tu no tienes perro que te ladre. Eso si te tocará tu aguinaldo para que pagues las deudas contraídas en el año y así podrás adquirir nuevas, por que son tiempos de dar y no puedes llegar a pedir misericordia familiar con las manos  vacías.

Pero ¿Qué haces ahora? Qué contestas cuando te hacen la incómoda pregunta ¿A que te dedicas? 
Aunque la pregunta correcta sería ¿Qué le aportas tu al mundo? y quizás te sientas apenado si eres al menos un poco sincero. Si no inflarás tu ego alargando los detalles de tus labores diarias y no dirás que eres un humilde proletario, pensarás que eres un empleado de oficina, que en los tiempos de  tus padres era algo muy bien visto.

Pero insisto ¿Qué le agregas tú al movimiento de este mundo? ¿Qué te hace levantarte cada día a parte del hambre y los esfínteres?

martes, 22 de agosto de 2017

Mirar hacia aquel pasado que acabas de abandonar no es necesario.

Yo no tengo el "Don de gentes", he visto ir y venir personas con necesidad de ayuda que pasan de largo porque van en busca de una visión del éxito que normalmente es falsa.

Yo mismo he sido uno de ellos, yendo siempre, ciegamente y dando tumbos, con imágenes desgastadas de notoriedad o espiritualidad adolescente.
Podría decir que el tiempo nos pone siempre en nuestro lugar, pero ya no estoy seguro de que el tiempo exista. Sin duda a cada quien le llegan muchos momentos, de los cuales recordamos aparatosamente aquellos que fueron la consecuencia de desiciones inoportunas y momentos desagradables. Es como cuando compramos un objeto, al salir de la tienda ya ha perdido totalmente su valor y solo nos queda una cosa más la pérdida del tiempo que gastamos o la deuda subsecuente en la que se seguirá yendo parte de nuestra energía.
Quizás uno de esos momentos que llegan es el punto crítico donde intentas, por primera vez, ajustarte a lo que piensas que debería ser el plan real del universo. Sin embargo tan solo es darse cuenta que por enésima vez que no tienes la razón y lo que se ha avanzado en la vida ha sido prácticamente nada.
Aquí llega quizás la más difícil y primera de muchas y consecutivas resoluciones, dar el primer paso significa arrancarte el pasado y las doctrinas ajenas, no es cualquier cosa y sin embargo apenas comienzas. 
Pero mirar hacia aquel pasado que acabas de abandonar no es necesario, ya no existe es parte de toda la falsedad que te mantuvo atrapado y vacío, no hay vuelta atrás.